lunes, 17 de diciembre de 2012

MIEMBROS DEL TRIBUNAL CELEBRAN LA NAVIDAD

Como ya es costumbre, los miembros del Tribunal, con la asistencia de abogados y peritos, celebramos la Navidad. Comenzamos con una Misa concelebrada en la capilla de las Monjas Clarisas de la Fuensanta. Después, en un restaurante cercano tuvimos la comida de familia. Se les entregó a cada uno de los asistentes una imagen del Niño Jesús como regalo. El ambiente era entrañable.







lunes, 22 de octubre de 2012

El viernes día 19 de Octubre celebramos en nuestro Tribunal la Apertura dela Año Judicial 2012-2013. Comenzamos con la celebración de la Misa del espíritu Santo presidida por el Sr. Obispo D. José Manuel Lorca Planes, que nos habló en la Homilía cómo había que enmarcar la administración de justicia dentro del Año de la Fe. Posteriormente se celebró en el salón de actos del Obispado el acto académico. El Vicario Judicial Adjunto, D. Juan García Inza,  leyó la memoria del año anterior, con la estadística del los procesos tramitados. Posteriormente el Vicario Judicial, D. Miguel Ángel Cárceles  pronunció la lección inaugural sobre el tema de La Admisión  de la Causa. Al finalizar el acto académico, el Sr. Obispo nos ofreció una recepción en el comedor de Palacio.

Reportaje fotográfico






miércoles, 25 de abril de 2012

Hemos celebrado EN NUESTRA DIÓCESIS DE CARTAGENA con gran éxito de ponentes y asistentes EL PRIMER SIMPOSIO DE PERITOS DE TRIBUNALES ECLESIÁSTICOS los dias 18, 19 y 29 de Abril de este año 2012. Ilmo Mons. D. Francisco Ponce Gallén, Juez del tribunal de la Rota española. Ilmo. Sr. D. Manuel J. Arroba Conde, Profesor de la Universidad Lateranense de Roma. Dª Laura Armentia Espigares, Abogada Defensora del Vínculo del Tribunal de la Rota Española. Ilmo. Mons. D. Juan José García Failde, Decano Emérito del Tribunal de la Rota Española. D. Antonio Carlos Martín Martín, Psicólogo Perito del Tribunal de la Rota española. Dña. María J. Guerreo Escusa, Psicóloga, Profesora de la Universidad de Murcia y Abogada Rotal. Y el Ilmo. Mons. D. Santiago Panizo Orallo, Ex Decano del Tribunal de la Rota española. Se celebró como última sesión una Mesa redonda en la intervinieron: D. Juan Antonio Moya Sánchez, Dña Juliana llorens Sáenz, Dña Olga Cazorla Granados y D. Cristobal Rozúa Lucena. Tras la clausura nos reunimos en una comida de hermandad en el Palacio Episcopal, con la asistencia del Sr. Obispo Ilmo. y Rvdmo. Mons. D. José Manuel Lorca Planes. En su momento se publicarán en un volumen las ponencias presentadas. Ofrecemos un repertorio de fotos del Simposio:

viernes, 16 de marzo de 2012

HA MUERTO EL P. OLIVARES

P. Estanislao OLIVARES D’ANGELO, S. I.
(Sevilla, 06.09.1924-Málaga 02.03.2012)



Dos años de noviciado, cuatro de juniorado, tres de filosofía, más cincuenta y cuatro años juntos en la Facultad de Teología, en Granada, me han permitido conocer bien a Estanislao Olivares. Sin embargo, tengo bien claro que no es fácil hacer de él una semblanza que refleje medianamente su personalidad. Quizá, porque uno de los rasgos más característicos de ella ha sido pasar por el mundo haciendo el bien, sin hacer el más mínimo ruido. No lo ha hecho ni como súbdito ni cuando ha tenido que ejercer el cargo de superior de una casa o rector de la Facultad. No lo ha hecho tampoco en la convivencia con sus compañeros de comunidad.

Prudente, pacífico, enemigo de las estridencias, ha demostrado siempre una clara inclinación a percibir principalmente el aspecto positivo de personas y cosas. Con toda razón, su amigo y colega José María Díaz Moreno ha escrito sobre él: «Sus muchos discípulos recordarán siempre su fina educación, su exactitud, su minuciosidad y, sobre todo, su respeto a las personas». No solamente sus discípulos; sus colegas, sus compañeros, los párrocos, con los que tan fielmente ha colaborado en su misión pastoral, y todas las personas que lo han conocido y tratado, han guardado de él esos mismos recuerdos. Son varias las ocasiones en las que he oído definirlo con la frase «es un caballero».

Los que le hemos acompañado durante largos años en la Facultad, tenemos su nombre irremediablemente asociado con el Derecho canónico. Serio y fiel como lo fue siempre a sus compromisos contraídos, desde que recibió el encargo de sus superiores para formarse primero y enseñar después esa disciplina, la convirtió con entusiasmo en el centro de sus actividades y en el principal instrumento de su servicio a la Iglesia y a la Compañía de Jesús. Gracias a su dedicación y a sus cualidades intelectuales, su obra en estos campos, ha merecido el reconocimiento de cuantos la han conocido. Muestra de ello ha sido el homenaje que se le tributó en el VII Simposio de Derecho Matrimonial y Procesal canónico celebrado en Granada el 29 de septiembre pasado y las sentidas palabras escritas por el P. Urbano Valero con motivo de su fallecimiento.

Además de a sus actividades científicas y pastorales, Estanislao se aplicó a otras actividades que podríamos calificar de menores o caseras y que encajaban con precisión con su natural inclinación al orden, la claridad y al deseo de estar al tanto de todo cuanto sucedía a su alrededor. Por eso fue, durante mucho tiempo, el secretario indiscutible de cuanta reunión requiriese un secretario capaz de redactar sus actas, ya fuesen congregaciones provinciales o juntas de Facultad. La historia domus de la comunidad de Cartuja se podría escribir con sólo transcribir las muchas anotaciones que con su diminuta letra fue escribiendo año tras año en sus agendas, igualmente diminutas.

Estanislao Olivares, nacido y educado en un ambiente familiar profundamente religioso, instruido y formado en nuestro colegio sevillano, especialmente cultivado por el P. Augusto Muriel, el gran promotor de vocaciones, ingresó en nuestro noviciado en septiembre de 1939, en el que tuvo que esperar algunos días para ser inscrito como novicio, porque no podía ser admitido antes de cumplir los quince años. Fallecido en la Compañía a sus ochenta y siete, puede decirse que ha sido su vida una vida entera consagrada a Dios, vivida desde de la fe. Cuando tenemos tan cercana y tan viva la fecha de su fallecimiento, es impresionante leer algunas frases escritas por él no hace mucho tiempo: «En el calendario, uno de los 365 o 366 días del año, va a ser ‘mi día’, el día de mi ‘glorificación’; así lo llamo con más exactitud, que no llamándolo el día de mi muerte. Es ‘ese mi gran día, en que saldrás presuroso a mi encuentro’ y ‘me darás el abrazo que anhelo, y el beso de Padre bueno en la frente’».

Que así sea, querido compañero. O que así haya sido.
Manuel Sotomayor, S.J.
Granada, 03.03.2012

Desde el Tribunal Eclesiástico de Cartagena (Murcia) queremos expresar nuestro dolor por una pérdida tan dolorosa para el Derecho Canónico.


La plenitud de la vida

Pero ese Bien, esa felicidad nos espera: Dios nuestro Padre nos aguarda en el cielo. No puede ser de otra manera, porque Dios es infinitamente más bueno, más bondadoso, más padre, que nosotros, y nosotros daríamos lo más que pudiéramos de felicidad, de bien, a quienes queremos. Si nos ha dado la existencia es para que seamos lo más felices posible.

[…]Ya están allí gozando de la plena felicidad, de la Vida verdadera, muchos amigos nuestros, muchos familiares nuestros. Menos mal que allí no hay antes y después, no hay antigüedad en el cielo; cuando lleguemos allá, todos habremos llegado en el mismo evo, donde no hay suceder del tiempo; de lo contrario, tendíamos que entristecemos de nuestro retraso.

Estaremos allí con todos con quienes hemos convivido a lo largo de nuestra vida terrestre; los familiares, los compañeros, con los que me cruzo por las calles, con los que voy en el autobús, etc. Si San Agustín habló de una "massa damnationis", bien podemos hablar de una "massa glorificata" en la eterna vida. .

Por eso mi muerte es mi "resurrección", desde el lado de allá, donde yo me encontraré en esa ocasión; no camino hacia la muerte, sino hacia la "resurrección". Rezamos a María: «Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestro paso a la vida, de nuestro encuentro en la vida». Es «ese mi gran día en que saldrás presuroso a mi encuentro» y «me darás el abrazo que anhelo, y el beso de Padre bueno en la frente».

¡Abbá mío!, voy contigo. / Tenemos sed del Dios vivo, ¡cuándo llegaremos a ver su rostro! / Tan alta vida espero, que muero porque no muero; / ¡Albricias', albricias hermanos, que nos vamos al cielo, / y veremos a Dios!
Resucitó, resucitó, resucitó, ¡alleluia!

Estanislao Olivares, Apuntes “Ejercicios Espirituales, hoy”